Hay que remontarse a fines de abril para el registro de la última lluvia importante de 20-25 milímetros y desde mayo hasta hoy las lluvias han sido de milimetrajes muy bajos que no permiten mantener la humedad de los suelos.

Son los meses de invierno que habitualmente tienen milimetrajes bajos, hay muy poca demanda, escasa evaporación, pero se suma a una reserva muy baja que viene del otoño transcurriendo un segundo año del fenómeno Niña e ingresando a una primavera donde los meteorólogos coinciden en que hasta fin de año y primera parte del verano el comportamiento del clima va a seguir igual, dijo Del Vecchio.

Los promedios de lluvia van a ser menores a los que tenemos en nuestra región productiva.

TRIGO

El estadio fenológico en el que se encuentra es el encañado, comienzan a formarse la caña, elongarse el tallo para la emisión de la espiga y la demanda de agua comienza a ser importante.

En septiembre los días son más largos y con temperaturas más altas, la misma necesidad que la avena y las pasturas.

Los trigos están en buen estado pero pueden aparecer heladas antes de la primavera.

Las heladas y el stress de los cultivos pueden provocar algún tipo de daño foliar, como el amarillamiento en las sojas, afectando el potencial de rendimiento.

MAIZ

La decisión del productor para la siembra del maíz está demorada por la falta de lluvias, se invirtió en semillas, herbicidas, está todo listo para largar pero hoy se piensa en un maíz tardío, que es diferir la siembra para fines de noviembre o primeros días de diciembre.

Cada caso es particular, pero la mayoría entiendo va a diferir la siembra para el maíz tardío.

Esto puede originar la aparición de plagas, y en especial la presencia del tizón, que es una característica a tener en cuenta.

"La inversión en tecnología es enorme y la siembra ideal es cuando en el mismo día nacen todas las semillas. En nuestra zona disponemos de tecnología y equipamiento para concretarlo", concluyó Claudio del Vecchio.