Otros focos importantes ocurrieron en Deán Funes (Ischilín), Panahoma y Villa Cura Brochero (Valle de Traslasierra), y en varias zonas de cultivos como Río Segundo y Despeñaderos (Santa María).

 Aunque los incendios son una problemática que se repite todos los años en Córdoba, en este 2022 el fuego arrancó antes (en julio, hubo focos intencionales en la zona de Punilla, más precisamente en las inmediaciones de San Esteban). Esto habla de un corrimiento de la temporada hacia meses más tempranos, entendiendo que generalmente los incendios se producen a partir de agosto o septiembre.

Sin embargo, hay que destacar que este año hubo un cambio de estrategia, una visión distinta en el ataque inicial. La respuesta fue muy rápida y coordinada por parte de los cuerpos activos de las distintas jurisdicciones de Bomberos de la Provincia.

 El aporte de Defensa Civil, la Secretaría de Gestión de Riesgo y el Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC) también fue clave en el ataque inicial y en la guardia de cenizas en particular. Además, colaboraron activamente los pobladores rurales y las brigadas forestales, que intervinieron de manera organizada. 

Desde SRJM, podemos decir que las condiciones mejoraron gracias a las últimas lluvias (todavía escasas).

No obstante, aun no estamos exentos del peligro que acarrea el fuego y la sequía típica de este año.

Fuente: prensa SRJM