Los consumidores demandan cada vez más una producción de alimentos de calidad,  con garantías de seguridad agroalimentaria y con un menor impacto negativo sobre el ambiente. Por otro lado, quienes producen necesitan hacer más eficiente el sistema productivo y mejorar a través de distintas prácticas el impacto positivo sobre ellos.

Desde el sector agroindustrial asumimos el compromiso de mejorar las herramientas para contribuir a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas, desarrollando nuevas estrategias basadas en investigación y desarrollo biotecnológico. Entre ellas, el desarrollo de productos biológicos, que complementen la tecnología aplicada y permitan hacer más eficiente la utilización de los recursos, a la vez que busquen reducir el impacto negativo en el ambiente.

Todo ello llevó a que en los últimos años se incremente la utilización de este tipo de productos,  que se han convertido en una herramienta clave para la producción de bajo impacto ambiental, rentable y eficiente, acompañando la tendencia global

¿Qué pasa hoy en el mundo?
Una de las noticias más recientes al respecto es sobre “Farm to Fork Estrategy”,  dónde uno de los principales objetivos presentados por la Comisión Europea es reducir a la mitad el uso de pesticidas químicos antes de 2030 . El mismo establece medidas que considera necesarias para alcanzar un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.
Aspectos obligatorios y vinculantes, como los límites máximos de residuos de químicos, tendrán una mayor exigencia y entrarían en las listas de prohibición una serie de agroquímicos nitrogenados y fosforados.
La UE apoyará con recursos importantes de investigación, desarrollo y transferencia tecnológica para facilitar el tránsito hacia modelos de producción sostenibles.

A partir de este replanteo en la escena que se presenta, se entrevé la necesidad de los productores latinoamericanos que requieren también un soporte técnico y financiero para facilitar el mismo proceso.

En paralelo, el escenario productivo se plantea con aumentos en el costo de aplicación de los agroquímicos, con el desarrollo de resistencias de plantas y plagas frente a algunas de las formulaciones químicas utilizadas con frecuencia y el aumento de la conciencia sobre los riesgos laborales causados por la manipulación de este tipo de productos. 

Mientras, en el sector de la agroindustria se trabaja fuertemente en encontrar soluciones medioambientalmente amigables para llevar adelante la producción, y potenciar el conocimiento y la incorporación de productos biológicos en cada establecimiento agropecuario; algunas proyecciones teóricas que indicarían que entre 2040 y 2050 los bioplaguicidas igualarían el mercado de los agroquímicos.

Hoy creemos que debemos transitar una “Agricultura Responsable”, utilizando las diferentes tecnologías disponibles con coherencia, conciencia y prudencia, esto permitirá a mediano y largo plazo alcanzar lo que llamamos una “Agricultura Sostenible”

¿Pero qué son exactamente los “biológicos”?

Se define como bioinsumo a los productos de origen biológico (macroorganismos o extractos vegetales o derivados de éstos), que se utilizan como biofertilizantes, bioestimulantes y biocontroladores. Los mismos se formulan para aumentar la rentabilidad agrícola, pecuaria o silvícola, promoviendo la gestión sostenible de la tierra, el agua, y los recursos naturales.

Es fundamental destacar la importancia de dar a conocer esta tecnología, y cómo se utiliza, y trabajar junto a los productores, asesores técnicos y referentes,  proporcionándoles herramientas estratégicas para obtener los resultados esperados.

Este tipo de producto se presenta en variados formatos, pero en general las formulaciones permiten una fácil utilización y operatividad. Con ellos se logran manejos más sustentables, que  promueven mejorar la condición de suelo y la interacción planta-ambiente, lo que se traduce en mejorías tanto en el rendimiento como en la calidad de la producción. 

Pioneros en el desarrollo de bioinsumos

Desde  hace más de 25 años, en Summabio desarrollamos productos biológicos, capacitamos a los profesionales del sector, y promovemos su incorporación en el manejo de los diferentes cultivos.

Nuestra paleta de productos es variada; todos nuestros productos son formulados a base de microorganismos y sus metabolitos secundarios. Y posicionados para las tres funciones que mencionamos al comienzo: biofertilización,  bioestimulación, y biocontrol de enfermedades.

Nuestros consorcios permiten mejorar la nutrición y la sanidad de los cultivos y aumentar el rendimiento de manera sostenible, tanto en producciones tradicionales u orgánicas, extensivas e intensivas.

¿Cómo se vislumbra el futuro de los Bioinsumos en el mercado global?

Las proyecciones muestran índices de crecimiento más que prometedores, variados especialistas aseguran que el sector crecerá alrededor de un 15% anual sostenido. Ya hay grandes actores globales haciendo fuertes apuestas, por lo que se avizora un panorama muy alentador.

Los bioinsumos tienen un papel clave en la conformación del nuevo paquete tecnológico que se alinea con la tendencia a la disminución de la huella de Carbono en los procesos productivos y que dará respuesta a las crecientes regulaciones sobre el uso de agroquímicos en el ámbito agrícola. De allí que, aunque aún representen una porción marginal del mercado de insumos para la producción agrícola, su marcada dinámica de crecimiento contrasta con el estancamiento que evidencian los agroquímicos.

Argentina tiene una larga trayectoria en materia de adopción de bioinsumos, pero en gran medida circunscripta a la incorporación de inoculantes a base de bacterias para la fijación de nitrógeno en los cultivos de soja.

Ing Agr Rocío Vigliano – Coordinadora Comercial de Summabio
Jimena Sabor -  CEO Summabio

Repasando un poco ¿que es el “Desarrollo Sostenible”?

Según Naciones Unidas, el sector de la agricultura es el mayor empleador del mundo y proporciona medios de vida al 40% de la población mundial actual, destacando su rol fundamental para “suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente”, ayudando al cumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible más importantes, el N°2, Hambre Cero.
 
“La relevancia de los ODS para las Buenas Prácticas Agrícolas es clara, no solo en relación a la eliminación del hambre, la promoción del crecimiento económico y el trabajo genuino, sino también para garantizar modalidades de producción y consumo sostenibles. En ese sentido los biológicos son clave, permiten producir valor económico, ambiental y social, porque al beneficio cuali y cuantitativo que le dan a la producción, se le suma la llegada directa al consumidor con productos primarios de excelente calidad, libres o con mucho menos fitosanitarios, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para todos”