“Estos 40 años los he trabajado con placer”, dijo Carlos Galarza en su despedida del INTA Marcos Juárez
Carlos trabajó desde sus 27 años en la estación experimental del INTA Marcos Juárez. Hoy se despide de esta manera: “Gracias al INTA pude viajar, estudiar, conocer mucha gente. Me voy muy agradecido y añorando lo que me va a faltar”.
Carlos Galarza
Carlos Galarza, oriundo de Mendoza, realizó sus estudios secundarios en una escuela agrotécnica y antes de terminar su carrera como Ingeniero Agronómo, estuvo trabajando en la experimental del INTA en Luján de Cuyo durante dos campañas.
Cuando se recibió, trabajó en ganadería en Río Cuarto aunque "no se le dio", entonces a sus 27 años ingresó a un concurso en INTA Marcos Juárez como becario.
Hasta el día de hoy, 40 años más tarde, sigue haciendo labores en la estación experimental INTA Marcos Juárez.
“El INTA me dio todo”
Carlos considera al INTA como su segunda casa, expresó su agradecimiento con la institución: “INTA te da una gran libertad de acción y desarrollar libremente tu carrera. Hay muchos jóvenes que ven el paso por el INTA como un trampolín para otras cosas, pero se sienten parte y tienen la camiseta en el cuerpo. Por más que hay buenas ofertas laborales afuera, no quieren irse. Es un sentimiento que vos tenés, que no es valor económico, sino emocional”.
“Feliz de la vida, le encontré el gusto. Encontré la parte buena de la producción agrícola y el encanto. Estos 40 años lo he trabajado con placer”.
Evolución tecnológica
Explicó en base a su experiencia y los avances tecnológicos: “Los cambios tecnológicos han sido mi lugar de desempeño. He visto la evolución tecnológica del sistema productivo en el país, en la pampa húmeda y en el mundo. Me siento reconfortado de haber participado en esos proyectos grandes de INTA para promocionar, perfeccionar y adoptar cierta tecnología. Ese cambio me ha educado en mi cabeza técnica para adaptarme”.
El know how argentino
Para enseñar dicho avance, el ingeniero agrónomo Carlos Galarza realizó 13 viajes a Sudáfrica: “Argentina en un determinado momento vio que tenía un mercado emergente de maquinaria importante en Sudáfrica donde había que generar un mercado nuevo para aplicar o adoptar nuestras maquinarias. Ese era parecido al de Marcos Juárez 40 años atrás: trabajar 20 veces el suelo, dejarlo hecho un talco era lo habitual y gastando enormes cantidad de combustible y esfuerzo. Hoy por hoy están adoptando una sistema que va en camino a la siembra directa perfecta y continua”.
La despedida
En Marcos Juárez vive con su esposa Graciela y sus hijos están trabajando en Córdoba. Es muy familiero y usualmente hace juntadas con el resto de su familia que está en Mendoza.
Una de sus pasiones también es andar en bicicleta y espera poder volver a ese ambiente, no para competir sino como un tiempo de recreación.
Se despidió conmovido: “Me voy bárbaro, muy bien con todo el mundo y la institución. La amo de corazón, me dio todo y lo que soy se lo debo a mi familia y al INTA. Gracias al INTA pude viajar, estudiar, conocer mucha gente. Me voy muy agradecido y añorando lo que me va a faltar. Voy a estar de visita permanentemente”.