Enfermedades emergentes de maíz: carbón de la panoja, ¿ocuparse o pre-ocuparse?
Durante la última edición del congreso de Aapresid, éste fue uno de los ejes centrales que expuso el equipo de la empresa alemana KWS, junto con especialistas del INTA Pergamino y la Universidad Católica de Córdoba

Fernando Guerra
Todo crecimiento atraviesa momentos complejos. El maíz, el cultivo más importante actualmente cosechado en Argentina, que viene incrementando sus rendimientos a razón de 100 kilos por hectárea y por año, a lo largo de los últimos quince años, que consolidó una amplia ventana de siembra en las últimas veinte campañas y creció en todos los ambientes productivos, no está exento de nuevos desafíos productivos bajo este escenario de progreso.
Entre los retos presentes se encuentra el manejo sanitario, el cual viene dado por un ambiente predisponente para ciertas enfermedades en combinación, también, con la expansión del cultivo hacia diferentes zonas.
Fernando Guerra, Gerente de Desarrollo de Producto de KWS y especialista en fitopatología, es cauto al hablarle a los productores y asesores técnicos sobre el avance de una temida enfermedad: el carbón de la panoja.
Por los datos que acumuló Guerra de la patología, desde 2020/21, es que quiere llevar tranquilidad, la cual afecta totalmente a la panoja, la planta no genera polen y, por lo tanto, se produce una pérdida brutal de los rendimientos.
“Por lo que venimos observando con un grupo de fitopatólogos referentes de KWS, el carbón de la panoja (Foto) es una enfermedad de ambientes templados, no es típica de observar en siembras tardías y se caracteriza por la necesidad de suelos secos. Por ello, quedó muy vinculada al ambiente Niña de los últimos tres ciclos. Sin embargo, todo lo referido al ambiente no está claro y, por lo tanto, debemos evaluar esta campaña, que se proyecta húmeda”, dice el especialista.
Guerra, integrante del equipo de Agroservice de KWS, empresa especialista en mejoramiento genético y agronomía de maíz, llevó este tema a una charla en el Congreso de Aapresid, en Rosario, esta semana. Lo acompañaron aportando conceptos a esta discusión, los expertos Lucrecia Couretot (INTA Pergamino) y Roberto De Rossi (Universidad Católica de Córdoba). La charla se llamó, “Enfermedades emergentes de maíz: carbón de la panoja, ¿ocuparse o pre-ocuparse?”.
Bajo un contexto con falta de definiciones claras sobre esta enfermedad, Guerra siempre buscó dar las mejores certezas técnicas.
“Sabemos que el inóculo de la enfermedad está presente, también que es sistémica y que infecta al cultivo en etapa tempranas y que hay opciones para protegerlo”, dice el especialista, a lo que agregó que, bajo las circunstancias de desarrollo de los últimos tres años con la presencia de la enfermedad, KWS logró hacer una selección con excelente performance contra esta enfermedad”, sostiene.
Zona núcleo
Las últimas evaluaciones sobre la patología, KWS las hizo en Corral de Bustos (Córdoba), esta campaña, dentro de un ensayo comparativo de rendimiento en el campo del productor referente Hugo Ghio.
“En ese trabajo, observamos que, tanto híbridos de segunda y tercera generación de maíz KWS, se comportaron con tolerancia a esta enfermedad y, lo más importante, que ello lo vimos en los híbridos de la última generación de maíz, que fueron lanzados esta campaña, como el KWS 14-408 VIP3. Siguiendo esta línea de avance, inferimos que los nuevos materiales que están más atrás en el progreso de nuestro programa de breeding también protegidos genéticamente contra la enfermedad”, explica.
Entonces, el especialista aclaró sobre diferentes niveles de protección para minimizar la aparición de la enfermedad.
“Lo primero es elegir la genética adecuada. Luego es clave conocer los antecedentes del lote sobre la presencia de la enfermedad y hacer tratamiento con terápico de semillas y, finalmente, se debe pensar en retrasar la fecha de siembra del cultivo”, aseguró el experto de KWS.