¿Cómo Conviven los Distintos Sistemas Productivos?

La agricultura estuvo siempre estrechamente relacionada con el hombre, ya que representa además de su alimentación, su supervivencia de vida.

Con la integración de la economía mundial, la mecanización de distintas labores agrícolas, y la introducción de abonos químicos, se logró acompañar la demanda de alimentos exigidas por el crecimiento poblacional. Así llegamos a nuestros tiempos con grandes avances científicos en mejoramiento genético, fertilizantes y productos fitosanitarios cada vez más efectivos.

En nuestro país prevalece el sistema convencional, con el uso de fertilizantes sintéticos y productos fitosanitarios para el control de plagas y enfermedades, donde los productos usados son cada vez más amigables con el ambiente, como los productos de tipo biológicos.

Se incorpora además el uso de equipos de aplicación selectivos, que tienen un ahorro importante de productos, o el uso de drones en la pulverización, que implica una disminución en el contacto con él operario. Se suman los riegos tecnificados y el uso de variedades mejoradas genética y altamente productivas.

Luego tenemos el sistema orgánico que incluye aquellos productos obtenidos por medio de un uso racional de los recursos naturales, sin el empleo de sustancias químicas sintéticas, y con la utilización de fertilizantes orgánicos como compost, estiércol y abonos verdes.

Realiza el control de plagas y enfermedades mediante métodos naturales, como el uso de predadores naturales y trampas. A su vez prioriza la preservación de la fertilidad del suelo y la biodiversidad. A nivel mundial nuestro país ocupa el segundo lugar en producción orgánica, donde el mayor porcentaje de esta es destinado a exportación, y un bajo porcentaje va al mercado interno.

Producción vegetal orgánica

En la producción vegetal orgánica predominan los productos industrializados, como el azúcar, vino y puré de pera. En frutas orgánicas encontramos pera, manzana y arándanos, mientras que en cereales está el arroz y trigo, y en las hortalizas está la producción de ajo. A su vez en la producción animal orgánica predomina la producción ovina y la de miel.

Producción frutícola

En producción frutícola de un total de 305.000 toneladas de pera/año, la producción certificada como orgánica alcanza las 23.000 toneladas, o sea un 7% de la producción.

Mientras que en manzana de una producción de 100.000 toneladas/año, lo certificado como orgánico son 10.000 toneladas, o sea un 10% de la producción total, el resto es producido bajo el sistema convencional. (Según datos de CAFI: Cámara Argentina de Fruticultores Integrados)

Estos sistemas productivos tienen en común la necesidad y obligación de aplicar las buenas prácticas agrícolas, para poder garantizar la obtención de alimentos inocuos.

La aplicación de buenas prácticas es indispensable para una agricultura sustentable, es decir que promuevan la calidad del medio ambiente, el cuidado de la calidad de vida de los agricultores y de toda la sociedad, y que sea económicamente viable en el tiempo.

Daniel López de CASAFE, Cámara de sanidad agropecuaria y fertilizantes focalizó en aspectos positivos en cualquiera de los dos sistemas.

El convencional es un sistema que busca maximizar la producción y obtener altos rendimientos por otro lado en la utilización de variedades de especies resistentes a determinadas plagas. Hoy en día hay una cantidad de aspectos tecnológicos que verdaderamente son muy válidos y positivos en la producción.

En el sistema orgánico hay toda esa cultura de mejoramiento de lo que es el suelo a través del agregado de compost de distintos tipos de abonos con materia orgánica en donde prevalece esa conservación del suelo que verdaderamente es muy válida y positiva en el caso del manejo orgánico.

También hace un muy buen manejo o exhaustivo de todo lo que es plaga para un verdadero manejo integrado que es A lo que se debe llegar con buen conocimiento. Entonces tratando como no hay muchas alternativas de lucha hay que ser muy cuidadoso en todo el ciclo de producción y eso es lo que nos va a llegar a convivir y a lograr mejores resultados. 

El trabajo en el sur del país

López dijo que  en las provincias de la Patagonia estamos con los cursos para los carnes de aplicadores. EnRío Negro estamos haciendo cursos de capacitación y en Neuquén y la semana que viene viajo hasta Santa Cruz para dar cursos en los antiguos en la provincia de Santa Cruz y a continuación también en la provincia de Chubut con los productores de la provincia.

La realidad Argentina

En Argentina estos sistemas productivos coexisten de distintas maneras. Algunas explotaciones agrícolas y ganaderas se dedican exclusivamente a un sistema, mientras que otras pueden combinar elementos de los dos sistemas, dependiendo de los objetivos del productor y las condiciones específicas de cada región.

Existen certificaciones y programas de apoyo gubernamental para el desarrollo y promoción de la agricultura orgánica, lo que ha impulsado su crecimiento en los últimos años.

Para lograr que los sistemas de agricultura convencional y orgánica convivan de manera efectiva, es importante adoptar un enfoque de agricultura sostenible que combine las mejores prácticas de ambos sistemas.

Algunas estrategias son: la de zonificar las áreas de cultivo para identificar los distintos tipos de prácticas, donde se pueden establecer áreas de amortiguamiento entre ambas. A través de la educación y comunicación para fomentar el respeto mutuo.

Aplicando el manejo integrado de plagas y combinando las distintas estrategias de control. Promoviendo la diversidad de cultivos y prácticas como la rotación de cultivos, la siembra directa y el uso de cultivos de cobertura, que mejoran la salud del suelo y también a través de la creación de corredores ecológicos.

Estos desafíos técnicos pueden ser abordados con innovación e investigación continua y el trabajo articulado entre los establecimientos educativos, entes gubernamentales y privados relacionados con la producción.

Al superar estos desafíos sería posible aprovechar los beneficios de ambas estrategias de producción y avanzar hacia sistemas agrícolas más sostenibles, saludables y que disminuyan el impacto ambiental.