Fin de año no termina siendo distinto. Ayer a las apuradas se presentó en la flamante unicameral, sesionando en modo maratón, un proyecto de ley que podría haber pasado desapercibido. Atendía nocivamente la temática de la prevención de incendios.

Por suerte, llevando claridad, se pudo rediseñar sin que fuera una sentencia de muerte para el arraigo, trabajo y desarrollo de nuestro noroeste cordobés. Están frescos todavía los conceptos vertidos por el señor Gobernador Martín Llaryora tanto en campaña, cómo durante su asunción y cada vez que le pusieron un micrófono en apoyar el potencial de nuestro campo y particularmente a las producciones regionales de la provincia.

Pero este proyecto, desconocido por propios y ajenos, dinamitaba la ya abandonada situación de propietarios, trabajadores rurales y la comunidad que habita y se desarrolla en esas tierras. Ahora bien y preocupados, nos damos con que cualquier proyecto que llega a instancia legislativa nunca es consultado de manera particular por quienes conocen, viven y producen en los departamentos implicados.

Recordando que hoy seguimos imposibilitados de trabajar nuestra tierra y de esa forma nada nos protege del fuego. No queremos estar a merced del peligroso mecanismo de decidir en total inconsulta sobre la suerte de privados y sus tierras. Son momentos nuevos y debemos compartir la misma mesa.

Desde la bioagroindustria del Arco Noroeste de la provincia de Córdoba estamos para ayudar, consultarnos y diagramar juntos, para que el ámbito productivo sea una herramienta sin igual cuando hablamos de desarrollo, trabajo y prevención. Se los venimos exponiendo hace años. Esperamos que con esta nueva gestión podamos continuar en esa senda y no sea nunca tarde. Déjennos producir y vamos a ser los primeros en conservar.