En plena época de picado de maíz para la confección de reservas forrajeras, los productores pecuarios trabajan activamente picando cultivos para producir carne y leche.
Considerando las condiciones ambientales de la segunda mitad de la campaña 2023/24, los maíces sileros, sembrados en fecha temprana, consiguieron justamente centrarse en las que serían las mejores condiciones de crecimiento de la temporada, en las cuales se registraron lluvias con recurrencia durante su ciclo y no azotaron severas olas de calor. Al respecto, muchos otros esquemas de maíz para silo, implantados con retraso, vieron resentida su ciclo y productividad luego de la ola de calor de finales de enero e inicios de febrero, en combinación con perfiles sin humedad disponible.
De esta forma, en el primero de los casos, el “factor climático” aseguró un parámetro fundamental en el cultivo que, además, es clave para la dieta animal.
“La digestibilidad de fibra es actualmente el aspecto por excelencia sobre el cual nos consultan los productores. Con ellos, tenemos reuniones técnicas en esta época del año para hablar particularmente sobre este tema”, reconoce Lucas Scozzina, especialista en Posicionamiento de Producto y experto en silo de KWS.
Scozzina tiene confeccionado un gran “mapa silero” en su trayectoria, luego de muchos años de recorrer las distintas zonas de cría ganadera y de producción lechera del país, conduciendo el “Móvil de Aptitud Silera KWS” y haciendo análisis de calidad.
En este sentido, el técnico es contundente y directo: “La digestibilidad de la fibra implica más carne y más leche”. Asimismo, profundiza, “lo que estamos analizando, campaña tras campaña, es cómo el manejo agronómico de la densidad, la fertilización y la interacción densidad por fertilización, impactan sobre esa digestibilidad”.
Como experto en el tema, Scozzina viene trabajando y siguiendo de cerca el cambio paradigma de la producción de silo en la Argentina. Dicho paradigma involucra llevar los valiosísimos datos de la productividad y calidad silera recolectados a campo, de acuerdo con el manejo agronómico específico de cada mega-ambiente productivo, hacia el proceso de breeding de los maíces “Aptitud Silera” de KWS. Se trata de un proceso de mejora continua, que busca cubrir las necesidades del productor.
“Los híbridos sileros pasaron de estar en los peores ambientes de un campo ganadero a ocupar un lugar agrícola estratégico y también ser un puente clave dentro de un planteo de carne o leche”, subraya.
A partir de una genética y agronomía específica, actualmente, “sabemos que los híbridos AS -Aptitud Silera KWS- sembrados con densidades medias a bajas y una fertilización integral, logran mayor digestibilidad, sin perder rendimiento. De esa forma, la arquitectura general del planteo silero, con mejor nutrición general, tiene una mejor interacción con su ambiente, removilizando menos azúcares desde los tallos hacia los destinos en el momento del llenado de granos. Por ende, tenemos una mejora integral de la calidad de la planta de maíz cuando se hacen reservas”, explica.
El técnico rescata que, paralelamente a la digestibilidad de la fibra, se siguen considerando los tradicionales y fundamentales parámetros en el desarrollo de hibrido “Aptitud Silera” como, la materia seca total, el contenido de almidón del grano y el porcentaje de fibra total del cultivo.
Sumado a los atributos ya mencionados que priorizan la obtención de materia seca disgestible, se suma la ventana de picado. “En definitiva, buscamos al cultivo verde por una mayor cantidad de tiempo, con un grano con la mayor cantidad de almidón y con una mayor concentración de azúcares en tallo”, dice Scozzina.
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