Una cosecha que finalmente no sería tan amplia como se esperaba y la caída de los precios internacionales, conspiran contra las necesidades económicas del país
“Es posible que el Gobierno haya sobrestimado el poder estabilizador de los agrodólares”, señala el IERAL de la Fundación Mediterránea.
Los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, recordaron que, el 30 de noviembre pasado, las primeras estimaciones del IERAL marcaban que este año el Gobierno podía llegar a lograr un superávit de balanza comercial, en el segmento bienes, de U$S 25.000 millones.
Pero, “desde entonces, se tiene una caída de precios internacionales y ajuste de los volúmenes cosechados que afectan la trayectoria esperada para las exportaciones”, advirtieron.
Ahora, calcularon que en realidad el aporte de la agroindustria a las exportaciones se ubicaría en U$S 34.700 millones, incluyendo los principales complejos de granos (soja –sin importaciones temporarias–, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada), el maní y los complejos lácteos y ganaderos, entre otros.
Esta cifra es positiva en la foto, porque significaría unos U$S 10.000 millones más que en 2023, pero no tanto en la película: quedaría U$S 12.200 millones por debajo de los guarismos de 2022 y, en dólares constantes, sería la cifra más baja de los últimos seis años, a excepción de 2023.