Las Bases Federadas advierten: “Se han caído todas las caretas”
A 70 días de la asunción del nuevo gobierno, desde Bases Federadas analizamos las medidas que impactan en nuestro sector. Las cuales tienen y tendrán consecuencias por sobre las espaldas de los pequeños y medianos productores.
1. Aumento de combustibles: Establecidos en 3 etapas, una de 38%, otra de 27% y la última de 6,5 %; la gestión Milei alcanza en solo 60 días un aumento acumulado de 86%. Constituyendo un golpe al bolsillo del productor, por tratarse de un insumo básico en el funcionamiento de cualquier chacra. Pero esto no es lo peor, ya que el incremento es directamente trasladado a fletes, con el consiguiente aumento en los alimentos de todos los argentinos.
2. Aumento de retenciones: Muy lejos de su promesa de campaña, la cual vale recordar: “Retenciones cero para todas las producciones”. El actual presidente y su equipo proponen y defienden la suba del 12% al 15% para trigo y maíz, del 9% al 15% para carne vacuna, del 31% al 33% para harina y aceite de soja, y sumando el 15 % a todas las economías regionales.
En contra pelo de sus postulados de campaña, ha mentido para conseguir los votos del sector agropecuario. Representa una provocación. Es reírseles en la cara a sus votantes. Es traicionarlos.
3. Extranjerización de la tierra: Javier Milei propone la libre venta de tierras a extranjeros. Constituye el mayor gesto de entrega colonial de nuestro tan preciado territorio nacional. Desde Bases Federadas, manifestamos nuestro más enérgico repudio a tan cipaya decisión. Y reivindicamos la lucha de todos nuestros próceres, quienes entregaron su vida heroicamente por la libertad de este glorioso país.
4. Ley de semillas: El gobierno pretende avasallar derechos adquiridos con la adhesión a UPOV 91. Perder el uso propio para un chacarero, es entregar una bandera histórica de lucha a las empresas más concentradas del mundo.
Por supuesto, siempre estaremos en favor del desarrollo de nuevas tecnologías, pero los Estados deben ejercer un control para evitar el avance de las grandes multinacionales por sobre nuestros productores. Siendo esta problemática mucho más crucial en los sectores hortícolas, donde la semilla es un insumo determinante. Quien controla las semillas, controla la cadena agroalimentaria, y por lo tanto la disponibilidad, la calidad y el precio de los alimentos de todos los argentinos.
5. Devaluación: Existe en el imaginario popular, la idea de que toda devaluación impacta positivamente en el “campo”. Como recurrentemente explicamos, la denominación “campo” no describe a un sector poblado de heterogeneidades, y por lo tanto, estas medidas afectan de manera distinta a cada uno de los actores.
La devaluación generada por el Ministro Caputo, llevando el valor del dólar oficial de 366 a 800 pesos, es decir un 119%, toma al productor en una situación crítica, producto de los efectos de la brutal sequía que golpeó la campaña 22/23.
Como consecuencia, un alto porcentaje de pequeños productores se encuentra en situación de morosidad en dólares con su cooperativa o acopio de confianza. Ya no tiene granos para comercializar y además, debe parte del arrendamiento de la tierra.
Es decir, que esa deuda contraída por el productor de manera obligada se duplicó de un día para otro, generando una nueva aceleración en el proceso de desaparición de productores que lleva tres décadas con esa tendencia, en espejo con una frenética concentración del uso y tenencia de la tierra, de la producción, del procesamiento, de la distribución y de la comercialización; de granos y de alimentos.
6. Súper-poderes: El actual presidente, presumiendo de una brillante gestión, intenta que se le otorguen facultades especiales, violentando normas que protegen la voluntad popular expresada en las legislaturas y en la Constitución, en medio de expresiones y señales de las más antidemocráticas vistas durante los últimos años.
7. Política exterior: El 1º de enero de 2024, era la fecha dispuesta para que Argentina pase a formar parte del BRICS (bloque político y económico formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Pese a ello, la Cancillería a cargo de Diana Mondino, decide rechazar esta oportunidad histórica. Incomprensible decisión, teniendo en cuenta la importancia de participar activamente del grupo donde se encuentran los principales compradores de los productos que el sector agropecuario ofrece al mundo.
8. Pesada herencia: En un país donde los gobiernos de los últimos años poseyeron ideologías muy distintas, y en consecuencia, las medidas tomadas fueron pendulares; se hace responsable a los gobiernos predecesores de los males actuales.
Desde Bases Federadas, entendemos perfectamente que gobernar atravesando una pandemia, una guerra y, como si todo esto fuera poco, una sequía histórica; no debe haber sido fácil. No obstante, estamos seguros al afirmar, que las políticas implementadas para el sector agropecuario durante la gestión anterior fueron paupérrimas.
A pesar de todas las reuniones, las advertencias y los documentos que esta entidad acercó a dirigentes y funcionarios del gobierno anterior, absolutamente nada se llevó a cabo.
La segmentación de retenciones, la ley de arrendamientos, la ley de semillas y la de acceso a la tierra; quedaron guardados en algún cajón.
La Mesa Agroalimentaria Argentina ha pedido audiencia ante el Poder Ejecutivo. Sin embargo, el Secretario de Agricultura, Fernando Vilella, recibió a productores “autoconvocados”.
Esos que ningunean a las entidades, que desprecian la historia de la que provienen. Portadores de un individualismo fundamentalista, excluyente y sectario, perfectamente alineado con el ideario moral del oficialismo.
Y salieron satisfechos: “Hay que darle tiempo”.
Nos imaginamos qué hubiera pasado si alguna de las medidas enumeradas anteriormente hubiesen sido tomadas por un gobierno de color popular: “¡No nos dejan producir!”, “¡nos ponen el pie encima!”, se escucharía con respecto al aumento de combustibles. “¡Nos quieren ver de rodillas!” esgrimiría algún dirigente agropecuario por la suba de retenciones.
“¡Quieren vender el país!”, “¡no dejan de poner palos en las ruedas!”, se indignaría algún señor del interior con alpargatas de carpincho y una bandera argentina colgada en sus hombros.
Marcharían cientos de tractores por la entrega de la ley de semillas. “¡Necesitamos reglas claras para producir!” gritaría indignada una señora debajo de su sombrero.
“¡Son autoritarios… son dictadores!” se escucharía si un “populista” impone sus facultades especiales. También nos preguntamos, qué hubiese pasado si la Gendarmería se encargaba de retirar los tractores, en algunos de los tantos “tractorazos” realizados al gobierno anterior, o prefectura quitaba por la fuerza las bolsas mortuorias, las guillotinas y todos aquellos elementos utilizados durante diversas manifestaciones en las inmediaciones de la Casa Rosada, en esos años.
Seguramente, si algo de eso ocurría, habríamos contemplado extensas editoriales, orales y escritas, hablando de la ceguera de un gobierno que no quiere escuchar, o la gravedad de la represión al pueblo que se manifiesta pacíficamente. Habrá que preguntarse entonces: ¿Dónde quedó la dirigencia gremial agraria? ¿Quiénes realmente luchan por los productores y quiénes lo hacen de una manera estrictamente partidaria? ¿Quiénes son dirigentes genuinos y quiénes dirigentes de cartón en busca de algún interés personal?
Las cartas están sobre la mesa, se han caído todas las caretas. Del gobierno y de algunos del sector.
Es elocuente el sesgo reprimarizante, extractivista, concentrador y extranjerizante. De abandono a las Economías Regionales, lejos de la urgente necesidad de políticas diferenciadas.
Desde Bases Federadas mantenemos nuestra mirada de lucha, siempre en defensa de la familia agraria, del chacarero, del hombre y la mujer de campo. Convencidos que los intereses de los productores pueden estar en armonía con los del Pueblo, del que formamos parte.
Con nuestros valores intactos, nuestro principios estampados en la bandera más grande. Y en el mástil más alto la memoria de todos nuestros dirigentes de piel federada. Porque no queremos ni un productor menos, porque la agricultura es con agricultores, porque la patria no se vende. Ahí estuvimos y estaremos. Ayer, hoy y siempre.