Tanto Pedro Vigneau, subsecretario de Fortalecimiento Productivo y Sustentable para Pequeños y Medianos Productores Agroalimentarios, como Germán Di Bella, subsecretario de Agricultura todavía no designado oficialmente, fueron las espadas principales que eligió Vilella en el armado de su equipo, que lleva menos de 4 meses de gestión.

A Vigneau y Di Bella les pidieron la renuncia por un rediseño del Gabinete de Agricultura, que ahora estará “enfocado en la gestión del productor”. Ese argumento, que trascendió informalmente, sorprende porque tanto Vigneau como Di Bella son productores, y muy reconocidos en ese sentido por sus pares.

Las repercusiones inciales en los ámbitos de la agroindustria son en general de desconcierto, porque no se entienden los motivos de los desplazamientos. Y tampoco hubo explicaciones fehacientes sobre la decisión, que aunque discutida habría sido finalmente "consensuada".

Hoy está más claro aún lo que ha sido evidente desde que Javier Milei ganó el balotaje en noviembre.

Luego de haber armado un plan de gestión con foco en la bioeconomía, paradigma que promueve la productividad con sustentabilidad ambiental, Vilella estuvo desde el principio muy condicionado por las decisiones que se comandan desde el ministerio de Economía y por la autoridad concedida por Caputo a su amigo Juan Pazo, que en Expoagro calificó públicamente al secretario de Agricultura como el "rockstar del agro".

Con el telón de fondo de un creciente reclamo del ruralismo para que se reduzcan las alícuotas de las retenciones, todavía amortiguado por el apoyo del campo a Milei por sus reformas liberales luego de décadas de intervencionismo k, Vilella fue ratificado en el cargo. 

Este viernes se analizaban remplazantes para los cargos que ahora quedaron vacantes. Se especula con que el lunes próximo habría más certezas sobre los nombres de los nuevos funcionarios, sobre los cuales no se difundieron indicios.