Su abuelo le hizo un chiste laboral hace años y se convirtió en realidad: “Estaría orgulloso si supiera”
Lucía es ingeniera agrónoma, quería trabajar en la zona donde se crió y logró cumplir un sueño compartido. “En el cielo una estrella brilla más fuerte”, escribió emocionada en las redes.
Ani Kuper
El poder que tienen las palabras es inimaginable y sucede que lo que decimos, muchas veces se hace realidad.
Esa puede ser una de las definiciones que atraviesa la vida de Lucía, una ingeniera agrónoma de 35 años, que está viviendo “el chiste laboral” que su abuelo le hizo cuando era una adolescente, y aún ella no sabía muy bien qué camino profesional tomar.
“Mi abuelo creo que estaría orgulloso si supiera que después de tantos años entré a trabajar donde él siempre deseó verme como Ingeniera. Hoy en el cielo una estrella seguramente brilla más fuerte”, escribió en su cuenta de X.
“Me lo dijo en chiste y años después pasó”
Siendo de América, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, Lucía Socolsky estuvo desde chica ligada al agro. Su abuelo Jorge además tenía amigos vinculados al sector, y ese contexto la marcó profundamente.
“A mis 15 años hice una pasantía en la Sociedad Rural de Rivadavia, después estudié administración de empresas agropecuarias y un día mi abuelo dijo al pasar de llamar a Los Grobo para que me contraten. Eso quedó como anécdota familiar porque hace 20 años no eran lo que son ahora, y yo tampoco estaba tan motivada o sabía muy bien qué quería estudiar”, relató en diálogo con TN.
Tiempo después Lucía se inscribió en la Universidad de La Pampa y se recibió de ingeniera agrónoma. “Mi abuelo me lo dijo en chiste y años después, pasó. Siento que estoy viviendo un sueño compartido con él. Pasé de ser la chica que trabajaba en La Rural, a la que volvió al pueblo con el título de Ingeniera”, contó.
Con Jorge, que murió en 2020 a los 86 años, tenían un vínculo “muy particular”. “Él también era un personaje ya del pueblo. En el café de Pehuajó donde él siempre iba, dijo un día ´esta última ronda la pago yo´ y no volvió porque falleció. Uno no se da cuenta la huella que va dejando”, recordó.
“Es hermoso aportar en mi comunidad”
Hasta hace unos meses Socolsky “integraba un equipo que se disolvió”, se quedó sin trabajo y recibió una propuesta laboral que no esperaba. “Me llaman porque se enteran de la situación, acá en el barrio nos conocemos todos, y estaban buscando un asesor técnico comercial para el área de insumos. Me sonaba raro trabajar para una oficina, pero al ser mamá me cambiaron todas las prioridades, y es un placer”, indicó.
La ingeniera disfruta no solo de su nueva función sino también de trabajar para la zona donde se crió. “No solo es un modo de posicionarme como referente sino de crecer en mi lugar, sabiendo que no siempre uno es profeta en su tierra. Es hermoso ser reconocida acá como profesional, y aportar en mi comunidad”, reflexionó.
Credito: Ani Kuper