El clima de febrero será clave para evitar mayores recortes en la campaña gruesa
El impacto negativo en el producto bruto agroindustrial (PBA) puede escalar hasta los US$ 4.000 millones de agravarse la falta de precipitaciones.
Así lo marcaron diferentes informes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), donde aseguraron que las precipitaciones que puedan darse durante este mes serán "centrales" para el desarrollo de la soja y el maíz, ya que los planteos tardíos y de segunda de estos cultivos definen sus rendimientos en febrero.
Si bien en la segunda quincena de enero se produjeron lluvias importantes sobre buena parte del área agrícola, sobre todo en Buenos Aires, Córdoba, parte de Santa Fe y La Pampa, "nuevas precipitaciones serán necesarias a lo largo de febrero para mantener las expectativas de rinde en cuadros de segunda y tardíos, y evitar mermas adicionales a las ya registradas a la fecha en siembras tempranas y de primera, marcó un informe de la BCBA.
De hecho, la entidad bursátil redujo la estimación de producción de soja hasta los 42 millones de toneladas, cuando al principio de la campaña se especulaba con 48,5 millones de toneladas.
El caso del maíz todavía mantiene su estimación de 57 millones de toneladas, aunque en su último informe respecto al impacto de la sequía en los cultivos, la producción podría descender hasta las 49,4 millones de toneladas.
Ese escenario estima que el PBA (la cantidad de ingresos que generarían las cadenas agrícolas en sus diferentes eslabones) podría descender US$ 2.726 millones hasta los US$ 42.319 millones desde los US$ 45.045 millones estipulados al comienzo de la campaña.