Apuntes para empresas de noviembre de Zorraquin Meneses
La victoria de Donald Trump sin dudas ha sido el evento más destacado con impacto en el mercado internacional. Sin haber asumido (lo hace el 20 de enero), el mercado comienza a leer lo siguiente: revalorización del dólar, aumento de la tasa de interés de la FED, posible aumento de aranceles en EEUU (ya hubo anuncios para México y Canadá) y el no fomento de biocombustibles
NEGOCIO AGRÍCOLA
La victoria de Donald Trump sin dudas ha sido el evento más destacado con impacto en el mercado internacional. Sin haber asumido (lo hace el 20 de enero), el mercado comienza a leer lo siguiente: revalorización del dólar, aumento de la tasa de interés de la FED, posible aumento de aranceles en EEUU (ya hubo anuncios para México y Canadá) y el no fomento de biocombustibles.
Todo lo anterior en un mercado donde los fundamentals son bajistas, en pleno mercado climático sudamericano. Si de algo podemos estar seguros es que el mercado internacional de granos aumentará su volatilidad, en un contexto de bajos precios y con esos fundamentals que, de mantenerse, tendrán efectos bajistas sobre los precios.
En el mercado local, y habiéndose cosechado el 40% de la superficie de trigo, siguen existiendo algunos “divorcios” o distorsiones con el plano internacional, algunos más fáciles de explicar que otros. Todas las cotizaciones locales de la posición cosecha de los principales granos están por encima de los precios de paridad.
La posible eliminación del dólar blend, hoy de baja incidencia, y con los exportadores que están comprados por cifras superiores a las declaraciones de ventas al exterior, son factores que tendrán que resolverse en el mientras tanto. Esta combinación de factores locales hace que la venta en los momentos de cosecha tenga riesgo de bajas circunstanciales, salvo que en el mercado internacional se generen subas en las cotizaciones.
Por lo tanto la recomendación general sería tratar de salir de la necesidad de venta en momento de cosecha y tomar coberturas con opciones por porcentajes altos de la producción.
BUENAS NOTICIAS
- El Gobierno presentará un proyecto de ley denominado “Mini Rigi” con beneficios para el campo https://tinyurl.com/2cajv8m6
- Se reactiva el mercado inmobiliario rural https://tinyurl.com/23zr66xg
- La venta de maquinaria se reactivó en el tercer trimestre https://tinyurl.com/24sprwqu
NEGOCIO GANADERO
La primavera llegó. Y llegó con lluvias. En muchas regiones el pasto “explotó”. Para aquellos que producen carne, a campo o a corral, siempre es una buena noticia. Una primavera pastosa permite una buena crianza de terneros al pie de la madre y da una expectativa de lograr buena preñez. Los que recrían terneros a campo logran ganancias de peso altas y con la opción de no tener que suplementar.
Y para los que tienen corrales, pueden realizar buenas reservas o entregar forraje fresco en cantidad y calidad. Buenas noticias por este lado. El precio del maíz sigue sin subir, dando una relación aceptable respecto al precio de la carne. Y se suma a esto una leve suba de precios de la hacienda en pie. Con un novillo que pasó de unos 2000 $/kg a 2300 $/kg. Terneros de 2500 $/kg a 2800 $/kg.
La vaca de 1600 $/kg a 1800 $/kg. O sea, subas de entre el 10% y el 15%, después de muchos meses con precios planchados. Y muchos analistas, y también operadores del mercado, opinan que en breve se daría otro salto de precios de un porcentaje similar.
Repetimos que es más una recuperación que una suba en términos reales, considerando que si se descuenta la inflación el precio de hoy está cerca de un 25% menos que en diciembre de 2023, pero aliviaría bastante. Aunque en campos alquilados la cuenta cierra muy finita y esta realidad no puede sostenerse en el tiempo.
La industria frigorífica advierte que una suba mayor de precios los pondría en zona de quebranto en los negocios. Será el mercado de oferta y demanda el que defina. Una vaquillona preñada hoy está cerca de un millón de pesos, equivalente a unos 1000 dólares, que no se veía hace tiempo.
Por supuesto que es un dólar “barato”, pero no deja de ser una señal. Los feedlots, que hoy tienen encerradas 1,9 millones de cabezas, mantienen abastecido el mercado y con un alto nivel de faena por parte de la industria. El consumo interno sostiene los 46 a 47 kilos/habitante/año, con un salario registrado que se va recuperando, pero sin gran capacidad de convalidar mucho aumento por ahora.
Según datos del IPCVA, la carne vacuna aumentó casi un 150% en un año. Mientras que pollo y cerdo en el orden del 175%, ambos por debajo de la inflación. Entre las tres carnes, los argentinos en promedio comemos más de 100 kilos de proteína animal al año, valor que se da en pocos países.
La exportación ya representa más del 30% como destino de lo producido, con China aceptando pagar algo más. Brasil, el principal proveedor mundial, ha tenido aumentos de hasta el 50% en el precio de la carne, lo que fuerza a los compradores a acomodar su demanda. Algo se está moviendo en este negocio. Y su principal competidor y aliado, la agricultura, no muestra en nuestro país márgenes esperados muy atractivos. La pelea se empareja.
NEGOCIO LECHERO
En octubre el precio de la leche Siglea fue de 434 $/litro (6142 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento de 2% en leche y del 3,5% en sólidos respecto al mes anterior. Y un 234% respecto a un año atrás. Por arriba del índice de inflación. Expresado en dólares, el litro vale 0,43 u$s, un valor históricamente alto (en parte por un dólar con atraso). Cabe aclarar que en algunos tambos el precio pagado por la industria fue mayor a los 450 $/litro, compensando con notas de crédito.
Las relaciones insumo/producto hoy siguen siendo favorables al negocio. La más emblemática es la que muestra que con un litro de leche se pueden comprar 2,4 kilos de maíz, cuando el valor de referencia es de 2.
Y a nivel de costos, los arrendamientos, expresados en quintales de soja por hectárea (como habitualmente se valorizan), encuentran un precio bajo de la soja, bajando el costo relativo de la tierra para producir. La primavera lluviosa y pastosa, en muchas regiones, favorece al negocio productivo.
Sumado a estas variables positivas, hay menos leche. En el 2003 ya se había producido 2% menos de litros que en 2022, y en lo que va del 2024 se estima una caída del 8% respecto al año anterior. Esta caída fue muy marcada en los primeros meses del año (por sequía y por entorno macroeconómico), mientras que en el segundo semestre empezó a revertirse de a poco.
La industria lo sabe y sabe que debe mantener precios lo más atractivos posibles porque la puja entre empresas por quedarse con la leche es fuerte. La foto del negocio es buena, pero no puede dejar de mencionarse que muchos tambos quedaron en el camino en los últimos dos años, como ocurre con cada crisis. El consumo interno se ubica en los 168 litros/habitante/año, un 10% menos que el año pasado.
La exportación sigue representando el destino del 25% de la leche producida, teniendo como destinos principales a Brasil, Argelia, Chile y China. Los precios internacionales de la leche en polvo están firmes y subiendo. En la primer licitación de octubre de 2024 del Global Dairy Trade, el precio de la leche en polvo entera fue de 3.500 u$s/tonelada, un aumento del 3% en comparación con la subasta anterior.
Como siempre decimos, el tambo es un negocio de largo plazo y con altas barreras de entrada y salida. Por eso necesita cierta previsibilidad. Hay talento y hay vocación en Argentina para producir leche. Genera empleo y arraigo. Hay que dejar que se exprese con todo su potencial.