Día mundial del suelo: Las tecnologías que están transformando la agricultura para la industria alimentaria
Este recurso natural, considerado la base de la agricultura, desempeña un papel central en la producción de alimentos, la sostenibilidad ambiental y la economía rural.
Sin suelos saludables, la cadena de suministro de alimentos estaría en riesgo, afectando tanto a la industria alimentaria como a los consumidores finales.
Importancia del Día Mundial del Suelo para la industria alimentaria
El Día Mundial del Suelo, celebrado cada 5 de diciembre, fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para concienciar sobre la importancia de mantener ecosistemas saludables y el bienestar humano mediante la gestión sostenible del suelo.
El papel del suelo en la seguridad alimentaria
Los suelos sanos son esenciales para la producción de alimentos nutritivos y de calidad. Sin embargo, la degradación del suelo amenaza la seguridad alimentaria, especialmente en regiones como Latinoamérica, donde la agricultura es un pilar económico. La erosión y la pérdida de fertilidad del suelo pueden reducir significativamente la productividad agrícola, afectando a toda la cadena de suministro alimentaria.
Tecnologías clave para la recuperación y conservación del suelo
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Agricultura de precisión: utiliza tecnologías como drones, sensores y sistemas de información geográfica para monitorear y gestionar los campos de manera más eficiente.
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Biofertilizantes:
El uso de biofertilizantes y enmiendas orgánicas contribuye a la restauración de la fertilidad del suelo sin recurrir a químicos sintéticos. Estas prácticas promueven la actividad microbiana beneficiosa y mejoran la estructura del suelo, resultando en cultivos más saludables y sostenibles. -
Agricultura regenerativa:
La implementación de técnicas de labranza mínima y agricultura regenerativa ayuda a preservar la estructura del suelo y su biodiversidad. Estas prácticas:- Reducen la erosión.
- Mejoran la retención de agua.
- Aumentan la materia orgánica del suelo, fortaleciendo la resiliencia de los sistemas agrícolas frente al cambio climático.