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San Luis

Estudiaba abogacía, una charla le cambió la vida y creó una agroexperiencia que combina filosofía y caballos

Cristobal Scarpati vivía en Buenos Aires y la conversación con un profesor lo guió a su destino. Desde su estancia, al pie de las sierras de San Luis, transmite “un mensaje que puede ayudar a la gente: el campo es naturaleza, el sendero a la felicidad”.

06-02-2025
  • Ani Kuper

“Generamos un espacio donde la gente que nos visita puede desarrollarse en su esencia, en un ambiente con cero hostilidad y máximo placer”. Así describe Cristobal Scaparti la estancia donde vive junto a su familia, al pie de las sierras de San Luis.

Su patio tiene rosales, jazmines y una higuera, y el silencio del lugar solo es interrumpido por los pájaros o el cantar sin horario de los gallos. Desde el 2001 disfruta de haberse instalado “a 80 metros del rancho” donde se crió, pero tiempo atrás sus días fueron muy diferentes.

En el campo no golpean a los caballos: el papá de Cristobal explicó cómo el amor educa (Crédito: instagram/cristobal_scarpati).

“Cuando me invitaban a andar a caballo era donde florecía mi espíritu”

“Viví siete años en Capital y en ese entonces, no existía la alternativa de vivir de los caballos o en un pedazo de tierra lleno de piedras al pie de la sierra. Tenía el sueño de tener el campo pero necesitaba estudiar algo para tener plata, porque no se vivía del turismo”, relató Cristobal en diálogo con TN.

Decidió en ese entonces anotarse en abogacía. Su papá “era un romántico que había elegido un estilo de vida no convencional, de supervivencia”, y a él le “quedaba corto” para sus ambiciones. “En mi rebeldía yo pensaba que iba a ser feliz donde esté, pero cuando me invitaban a andar a caballo era donde florecía mi espíritu y mi alma”, recordó.

En la estancia de Cristobal y su familia se vive una experiencia espiritual transformadora (Crédito: instagram/cristobal_scarpati).

En la estancia de Cristobal y su familia se vive una experiencia espiritual transformadora (Crédito: instagram/cristobal_scarpati).

Confesó que en el barrio de Belgrano se “sentía cómodo”, pero que a la vez se “marchitaba de a poquito”. “Soy un idealista, un ingenuo. Yo contaba con la plata de lo que sería una carrera exitosa para gastármela en pasto para los caballos. Fue un profesor el que me dijo que la abogacía es puro conflicto, y mi personalidad nada tiene que ver con eso”, indicó.

Esa conversación fue clave para el puntano. Volvió al lugar que lo vio nacer y se convirtió, junto a su familia, en el fundador del Movimiento Mundial + Amor, “un enfoque original y creativo para trabajar con caballos, que deriva de la tribu Ranquel, originaria de la zona”.

"Obrar con amor, honestidad y franqueza te llevará al éxito", escribió Cristobal en sus redes (Crédito: instagram/cristobal_scarpati).

 

“El campo es el sendero para ser feliz”

 

Cristobal dijo que “es transformadora la experiencia” que tiene la gente que los visita. “Las personas llegan ardidas por las circunstancias, y acá hay otro nivel de consciencia, de que lo único que tenemos es el presente. Lo que viven acá no es un retiro extremo, pero afloran sensaciones hermosas junto a la naturaleza y particularmente con los caballos”, explicó.

"Vienes por alguna razón, y te llevas cien razones para regresar": la emoción de una pareja que visitó la estancia (Crédito: cristobal_scarpati).

Hay un cambio notorio en el lenguaje corporal, en los temas de charla... Sueltan lo que traen y los traemos al presente hermoso que nos rodea, haciendo en foco en si nacieron pollitos, si se le pasó el dolor en la patita a algún animal, y la gente se sana”, contó.

Scarpati aseguró que si le dan a elegir entre “el aire o los caballos”, preferiría que le saquen “el aire porque no podría vivir sin ellos”. “Estuvieron y están en todo lo bueno que me pasó en la vida, y estallo de gratitud. Acá hay un mensaje para transmitir que le puede ayudar a la gente: el campo es naturaleza, uno de los pocos escenarios donde el ser humano se puede desarrollar de una manera armoniosa y feliz. Ser parte es el mejor antídoto contra todas las enfermedades, porque el campo es el sendero para ser feliz”, reflexionó.
Credito: Ani Kuper

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