La Importancia del Girasol y la Rotación de Cultivos

El ingeniero agrónomo y consultor Pablo Bollatti conversó sobre la producción de girasol, la planificación de cultivos y la situación actual del sector agropecuario. En un contexto de desafíos climáticos y económicos, destacó la resiliencia del campo y la necesidad de estrategias eficientes para maximizar los rendimientos.

El Girasol: De los Campos a la Mesa

Bollatti enfatizó la importancia del girasol, no solo en la producción agrícola, sino también en su aprovechamiento casero. “Todos nos hemos sacado seguramente fotos con los girasoles hace un mes, un mes y pico atrás. Y bueno, no es que estoy alentando a que se roben un capítulo de girasol, pero por ahí, si pasan en esta época, pueden pedir permiso y llevarse uno a casa para hacer pipas caseras”, comentó.

En su cuenta de Instagram, el especialista comparte el paso a paso para preparar pipas de girasol de manera natural, promoviendo la idea de llevar los productos “del campo a la mesa”.

Un Cultivo en Reflote

El girasol ha tenido un gran desempeño en la región, especialmente en terrenos con limitaciones para otros cultivos como el maíz tardío. “Tuvo su reflote, principalmente en esta zona, en aquellos ambientes más restrictivos, y en esta campaña particular con sequía, tuvo un desempeño excelente”, señaló Bollatti.

Los rendimientos en la zona han sido destacados, oscilando entre los 18 y 30 quintales por hectárea, valores considerados muy buenos para este tipo de suelo y condiciones climáticas.

Rotación de Cultivos y Estrategias Agronómicas

Después de la cosecha del girasol, se implementa un cultivo de servicio para mejorar la cobertura del suelo. Esto es clave, ya que “el girasol no deja una gran cobertura, entonces lo reemplazamos por un cultivo de servicio que nos ayuda a conservar la humedad y mejorar la estructura del suelo”, explicó Bollatti.

En cuanto a los próximos cultivos, la siembra de maíz dependerá de la recarga de agua en el suelo durante el invierno. La ventana de siembra se extendería entre septiembre y noviembre, ya que sembrar en diciembre puede aumentar el riesgo de chicharrita, una plaga que afecta el rendimiento del maíz.

El Clima y su Impacto en la Producción

El mes de febrero trajo lluvias que, aunque bien recibidas, no fueron suficientes para compensar la falta de agua en enero. “Cerramos febrero con más de 90 milímetros acumulados, nos debe todavía unos 20-30 mm y todos los de enero”, indicó Bollatti.

A pesar de este déficit, los cultivos han logrado mantenerse gracias a la calidad del suelo en la región. “Estamos parados sobre un argidol típico, que tiene una capacidad de contener y entregar agua al cultivo fenomenal”, destacó el ingeniero agrónomo.

Expectativas para la Cosecha de Maíz y Soja

La cosecha de maíz está programada para la segunda quincena de marzo, con buenos rendimientos esperados. Mientras tanto, la soja comenzará a cosecharse a partir del 20 de marzo. “En esta campaña tanto el maíz como la soja van a tener grandes rindes”, afirmó Bollatti con optimismo.

Situación Económica del Productor

Si bien las expectativas de rendimiento son altas, el contexto económico sigue siendo un desafío. Los precios de los granos se han mantenido estables durante el último año, pero los costos de producción han aumentado debido a la inflación. “El productor no tiene una variable de ajuste, porque el precio está ligado al mercado internacional. Lo único que puede hacer es reducir gastos innecesarios y tratar de producir más”, explicó.

El agro, una industria “a cielo abierto”, enfrenta altos riesgos y grandes fluctuaciones económicas, pero sigue siendo un pilar fundamental de la economía argentina.