Argentina sumó 49.000 hectáreas de pinos y eucaliptus en un año y medio
Con más de 1,32 millones de hectáreas forestadas, el país refuerza su perfil foresto-industrial. El 85% de las plantaciones se concentran en la Mesopotamia, con fuerte presencia de Corrientes y Misiones. El crecimiento responde a nuevas plantaciones y reforestaciones.
El crecimiento de la producción forestal contribuye a la generación de valor agregado, empleo y desarrollo de economías locales. Además, cuenta con los estándares de trazabilidad requeridos por los mercados internacionales.
— Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (@agriculturaar) August 14, 2025
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En apenas un año y medio, Argentina incorporó 48.759 hectáreas de plantaciones forestales, principalmente de pinos y eucaliptus, según un informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
El relevamiento, que toma como referencia las actualizaciones cartográficas a mayo de 2025, indica que la superficie forestada total asciende a 1.326.478 hectáreas, frente a las cifras registradas en diciembre de 2023.
“El crecimiento corresponde fundamentalmente a nuevas plantaciones y reforestaciones de Pinus y Eucalyptus, demostrando el potencial de la actividad foresto-industrial argentina como motor de desarrollo regional”, señaló la cartera que encabeza Sergio Iraeta.
El mapa forestal nacional muestra una clara concentración geográfica: Corrientes, Misiones, Entre Ríos y Buenos Aires reúnen el 85,2% de las plantaciones, mientras que el resto se distribuye en otras 19 provincias, entre las que se destacan Neuquén, Chubut, Córdoba y Río Negro.
La madera producida abastece una amplia gama de industrias, desde aserraderos y fábricas de celulosa hasta la elaboración de tableros, pellets y la generación de energía eléctrica. “Esto contribuye significativamente a la generación de valor agregado, empleo y al desarrollo de economías locales”, destacaron desde el Gobierno.
Además, remarcaron la importancia de contar con estadísticas forestales actualizadas para orientar políticas públicas, fortalecer las cadenas de valor y garantizar estándares de trazabilidad y sostenibilidad exigidos por los mercados internacionales.