Tendencias en la tecnología de la papa
La tecnología de la papa se adapta al aumento de la demanda mediante sistemas de siembra eficientes, cosecha flexible y almacenamiento automatizado para garantizar calidad y rendimiento constantes.
Por el Dr. Rolf Peters, Visselhövede
El cultivo de papa se ha expandido en toda Alemania y Europa en los últimos años debido a la creciente demanda de la industria procesadora y a los niveles de ingresos satisfactorios para los agricultores. Los fabricantes de tecnología para la papa también se han beneficiado de esto y han ajustado sus capacidades en consecuencia.
Siembra de papa
Una expansión moderada de las áreas de cultivo de papa puede compensarse fácilmente permitiendo un período de trabajo algo más largo. Sin embargo, el clima impredecible de las últimas primaveras ha demostrado que aumentar la utilización de la capacidad de manera económicamente viable alcanza sus límites cuando las papas aún deben plantarse a fines de mayo o principios de junio.
Ante este panorama, muchas empresas están pasando de máquinas suspendidas a máquinas remolcadas. Además de contar con tolvas de semillas más grandes, estas permiten combinar más fácilmente otras etapas del proceso, como la preparación del lecho de siembra, la fertilización localizada y la formación final de los caballones.
Con un ancho de hilera de 0,75 m, dominan las sembradoras de cuatro hileras, ya que pueden circular por carreteras públicas sin grandes modificaciones. La transición a máquinas de seis u ocho hileras suele lograrse mediante unidades plegables externas de colocación, que se alimentan desde una tolva central a través de cintas transportadoras controladas. Este diseño aún no está disponible para su uso en camas separadas, por lo que predominan las soluciones de dos hileras debido al ancho básico de 0,90 m.
Uno de los temas centrales de debate y desarrollo sigue siendo la forma “correcta” del caballón final, tanto durante la siembra como en el aporque posterior. Los fabricantes ahora ofrecen una amplia gama de elementos de formación de caballones rígidos o rotativos para satisfacer las diversas necesidades de los agricultores: desde estructuras firmes y lisas hasta sueltas y porosas, y desde formas piramidales hasta redondeadas o con una cresta muy ancha. Estos pueden reemplazarse como unidades completas o ajustarse individualmente mediante elementos regulables.
Mantenimiento del cultivo
Tras la negativa de la UE a renovar la aprobación del metribuzin, ingrediente activo ampliamente utilizado en el cultivo de papa, el control químico de malezas, especialmente en postemergencia, se volverá mucho más difícil. El uso de métodos mecánicos de control, sin embargo, conlleva un mayor riesgo de dañar raíces y estolones, lo que puede afectar negativamente el crecimiento de las plantas.
Además, las particularidades del cultivo en caballones hacen que las herramientas de laboreo deban adaptarse fácilmente a las diversas formas de caballón para lograr la estructura deseada y minimizar los daños.
Esta puede ser una de las razones por las cuales el desarrollo de tecnologías mecánicas para el cultivo de papa avanza más lentamente que en otros cultivos en hileras, como la remolacha o las hortalizas. Las diferentes distancias de plantación dentro de la hilera dificultan el tratamiento mecánico entre plantas.
Aunque el uso de señales RTK durante la siembra facilita el trabajo con implementos de mayor ancho, siguen siendo útiles las herramientas guiadas individualmente para adaptarse a variaciones laterales y de altura durante la formación del caballón.
Medidas agronómicas como una buena germinación del material de siembra, un espaciamiento de hileras no demasiado amplio y la elección de variedades de crecimiento rápido también contribuyen a suprimir las malezas. Las malezas que se desarrollan antes del establecimiento del cultivo son especialmente competitivas y determinan la presión de malezas posterior.
Los métodos físicos de control antes de la cosecha pueden reducir su presencia, aunque, comparados con la desecación química, tienen menor efecto preventivo. En la práctica, se emplean cada vez más métodos combinados de control de malezas.

Cosecha
El aumento de la superficie cultivada incrementa la presión de tiempo durante la cosecha, ya que el clima impone límites claros al final de la temporada. Cuanto más tiempo permanezcan los tubérculos en el suelo tras la desecación o reducción del follaje, mayor será el riesgo de enfermedades o plagas. Por ello, el uso de cosechadoras de dos hileras con tolva está aumentando y ya ha reemplazado a las de una hilera como estándar en muchas regiones de Alemania.
El siguiente paso —la adquisición de una segunda cosechadora de dos hileras— implica retos mayores en cuanto a organización y personal, así como un aumento significativo de los costos operativos. Al mismo tiempo, la cadena de transporte y almacenamiento debe ampliarse para mantener la eficiencia general.
La alternativa de adquirir una cosechadora autopropulsada de cuatro hileras aún es poco común, debido a la variabilidad del suelo, piedras y terrones, que pueden reducir la calidad del producto cosechado. Además, su ancho de trabajo dificulta el transporte por carretera con las configuraciones alemanas de 0,90 m entre hileras.
Como alternativa, algunas explotaciones utilizan cosechadoras de dos hileras con separación neumática de materiales extraños. Sin embargo, el riesgo de daño a los tubérculos se concentra en la parte frontal del flujo de producto.
Según las condiciones de cosecha, la variedad cultivada y la capacidad deseada, esta opción puede ser más o menos ventajosa. Por ello, se están desarrollando módulos intercambiables para adaptar fácilmente las unidades de separación y aumentar la flexibilidad de las máquinas.
Almacenamiento y clasificación
La escasez de personal de clasificación durante la cosecha se está compensando mediante un mayor uso de dispositivos automáticos de separación en las líneas de almacenamiento. Además de los sistemas óptico-electrónicos, también se utilizan soluciones neumáticas para separar materiales similares a los tubérculos, e incluso tubérculos dañados o podridos. Estos equipos están disponibles en diferentes anchos de trabajo para adaptarse a grandes volúmenes de entrada.
Un problema creciente es la presencia de restos de follaje en la cosecha, que pueden atascar las máquinas y afectar su funcionamiento. Se usan correas de goma inclinadas con dedos para separar estos residuos, aunque pueden aumentar el riesgo de daño a los tubérculos.
Las máquinas de clasificación óptico-electrónicas ya son estándar en la papa lavada, pero su adopción para papa sin lavar avanza más lentamente, debido a limitaciones técnicas y de costo. No obstante, los avances en cámaras, procesadores y software mejoran continuamente la detección de defectos, aunque aún se requiere desarrollo para un funcionamiento continuo confiable en condiciones reales de suciedad.
Almacenamiento prolongado
La creciente demanda de abastecimiento durante todo el año ha llevado a tiempos de almacenamiento más largos y a una mayor independencia de las condiciones externas de temperatura. Esto se refleja en la expansión de los sistemas de ventilación forzada y el uso creciente de refrigeración mecánica.
La ventilación directa a través de los tubérculos mejora la eficiencia energética y permite un control más preciso del clima, lo cual es crucial en el contexto de la sostenibilidad en la cadena de valor de la papa.
Se utilizan refrigerantes naturales como el propano, de bajo impacto ambiental, y se optimizan los sistemas técnicos y de control para mejorar la eficiencia general de las instalaciones.
