7 de cada 10 dólares y 160 países ¿Por qué necesitamos venderle al mundo?
“Si no exportáramos, miles de puestos de trabajo no existirían. Argentina llega a 160 países con sus exportaciones agroindustriales. De todos los productos agroindustriales que andan dando vueltas en barcos por el mundo, el 11% lo producimos en Argentina", destacan desde FADA.
Monitor de Exportaciones de FADA: Argentina llega al 82 % del mundo con sus productos del campo.https://t.co/HQiRgdBYxQ a través de @Mundo Agro Cba | Noticias del Agro
— Fundación FADA (@FundacionFada) April 27, 2022
Top five Argentina en el mundo
El informe revela que nuestras cadenas agroindustriales llegan a más de 160 países y que estamos primeros en ránkings mundiales con granos, carnes y economías regionales: somos el primer exportador mundial de harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, porotos y maní. Estamos segundos con maíz y yerba, terceros con soja, cuartos con las peras y la leche en polvo y ocupamos el quinto puesto con harina de trigo, camarones y langostinos, lanas, aceite de girasol y carne bovina.
Al analizar algunos de los productos, es posible conocer que con el aceite de girasol y sus derivados llegamos a 37 países. También que en 49 países disfrutan de nuestros limones, aceites y jugos. También se detalla que estamos en la mesa de 48 países con nuestra carne de vaca. “Es un orgullo estar en esta infinidad de países, pero más importante aún es si pensamos en los empleos argentinos que involucra venderle a otros países y los dólares que ingresan al país producto de esas ventas”, destacan desde FADA (Fundación Agropecuria para el desarrollo de Argentina)
De todas las exportaciones agro que se hacen en el mundo, el 11% son productos argentinos. “Esto quiere decir que de todos los productos agroindustriales que andan dando vueltas por distintos países, el 11% lo producimos en Argentina”, afirma Pisani Claro. “Para llegar a este valor, consideramos el promedio de los principales productos exportados por los 20 complejos agroindustriales analizados”, aclara.
Otro indicador que mide el estudio de FADA es la concentración de destinos, el cual concluye en que, en promedio, el 66% de las exportaciones agroindustriales se vende a los primeros 5 países compradores. “Es un dato relevante ya que las cadenas con menor concentración de destinos tienen una menor dependencia para la colocación de sus productos en el mercado internacional”, explica Pisani Claro.
Empleo y exportaciones
Cada vez que se exporta cualquier producto se está generando trabajo. En promedio, de los 20 complejos agro seleccionados, exportamos el 50% de lo que producen las cadenas agroindustriales, la otra mitad abastece lo que consumimos en el país. “Esto quiere decir que, si no le vendiéramos al mundo, miles de esos trabajos no existirían. Además de todos los puestos indirectos que se generan en el circuito de exportar”, comenta Pisani Claro. La cadena del maní exporta el 88% de su producción, sin la exportación no existirían gran cantidad de los puestos de trabajo que genera. En el caso de la carne, se exporta el 27%, son 100.000 puestos de trabajo vinculados a la exportación y estamos así en los asados de 48 países.
Además del empleo directo, cada persona que trabaja en este circuito, a su vez consume y genera empleos en otros sectores: construye, compra un auto, ropa, consume en la verdulería, etc.
Perspectivas 2022
“Las perspectivas para 2022 es que el campo genere aún más dólares que en 2021. Este aumento de las exportaciones se deriva, principalmente, de la mejora de precios, impulsada por la guerra Rusia-Ucrania. Las exportaciones crecerán, aún cuando la producción de granos, carne bovina y uva, por tomar algunos ejemplos, será menor”, analiza David Miazzo.
Hay otros tres aspectos que limitarán la producción y la exportaciones: los costos, que han aumentado de manera sustancial, en particular fertilizantes; atraso del tipo de cambio oficial, que encarece costos como los fletes y las labores al medirlas en dólares; y políticas públicas como las restricciones a las exportaciones de trigo, maíz y carne, y medidas que reducen el precio percibido por el productor como los fideicomisos de trigo y aceites y la eliminación de los diferenciales de derechos de exportación de harina y aceite de soja.